SIMPLICIDAD
Cuando se regresa a casa y se vuelve a topar con los
problemas familiares.
Los
pilares
para
que
una
disciplina
sanitaria
pueda
ser
sostenible
debe
estudiar
previamente
el
entorno
de
la
persona a nivel social, familiar, y por su puesto mental.
La
psicología
está
estrechamente
ligada
a
la
alteración
de
salud,
por
lo
que
la
psicología
separada
de
la
medicina
u
otras
terapias
haría
un
flaco
favor
a
la
actuación
integrativa
en
todas
las
disciplinas.
Lo
mismo
ocurre
en
medicina,
a
priori
no
parece
razonable
comenzar
a
medicar
antes
de
haber
derivado
a
una
terapia
previa
no
medicamentosa.
También
parece
poco
procedente
que
se
aplique
una
terapia
cuando
la
persona
al
llegar
a
su
hogar
se
encuentra
con
el
mismo
problema,
sin
una
terapia
integrativa,
el
problema
se
enquista
y
la
persona
termina
por
abandonar
la
visita
al
terapeuta
con
el
consiguiente
fracaso.
Para
ello
se
propone
garantizar
la
adherencia
a
los
tratamientos,
y
este
aspecto
no
es
fácil,
porque
cuando
la
persona
está
en
su
zona
de
confort,
comienza
a
correr
riesgo
las
garantías
de
la
correcta
administración
del
tratamiento
o
de
la
propia
terapia
sisea
del
tipo
que
sea,
cuando
ocurre
esto,
el
terapeuta/especialista
debe
preguntarse,
«qué
estoy
haciendo
mal».
Es
posible
esté
fallando
comunicación,
información,
y
falta
de
conocimiento
sobre
la
persona.
A
partir
de
este
momento
en
consulta
se
deben activar mecanismos de atención, con el fin de motivar.
Por David Hage Wehbe